ESTAR YO CON MI CUERDITA DE VIOLÍN…
En Paraguay un director hizo una orquesta con instrumentos musicales hechos con materiales reciclados de todo tipo. Muchos chicos de las favelas se quedaban con él en la orquesta. Un día le preguntaron cómo hacía para que los chicos se quedaran con él: “yo tengo 5 minutos para demostrarle a este chico que puede aprender a tocar cualquier instrumento. Antes, cuando les hablaba de la teoría de la música, y esperaban meses para empezar a tocar, se iban al máximo después de tres clases”.
¿Cómo ha logrado que los chicos se queden? Bastante sencillo: en el momento en que el joven muestra curiosidad por la música y la orquesta, el director inmediatamente le entrega uno de los instrumentos, por ejemplo un violín –pero con una cuerda- y lo lanza a tocar con toda la orquesta. Es esencial que el chico tenga el violín inmediatamente en manos, para que entienda que puede tocar como el resto, que desde el primer momento es parte de la orquesta, aunque el violín tenga una sola cuerda. Es como si los demás instrumentos de la orquesta le dijeran: comienza a tocar, involúcrate desde ya, sé parte de nosotros, lánzate y no tengas miedo, con el tiempo le pondrás más cuerdas…
He pensado mucho en esta anécdota, porque si hay algo que ha acompañado mi historia es el hecho de ser lanzada por otro más grande. Esta confianza hacia mí me ha llevado a Estar yo como Paloma frente a las cosas y recalco EL ESTAR YO PRIMERO AHÍ con mi cuerdita y mi violín. En mi vida es así: primero hay Uno que confía en mí (de hace tiempo) y me busca, me busca mucho, me tira ocasiones para dialogar con él y eso implica un responderle… cosa que no siempre hago porque sí, soy porfiada y me cuesta un poco el lanzarme… menos mal que yo también tengo un director: los grandes amigos que me impulsan.