Leer con cuidado / A propósito del Sunset Limited

De Marco Sampognaro • Publicado el 05-02-2014

Cuando aconsejo a alguien la lectura de “El Sunset Limited”, agrego estas palabras: cuidado, porque es un libro que te cambia la vida. Si quieres quedarte tranquilo con tu vida de ahora, no lo leas.
Lo digo por experiencia. Yo lo leí como en el 2008, en Londres. Lo empecé en el avión, mientras estaba llegando, y lo terminé la noche del mismo día. Nunca había leído algo tan fuerte, tan intenso y concentrado en tan pocas paginas (más o menos cien). Cada línea era un golpe, cada palabra un choque. Me vino natural compararlo a Shakespeare, a Dostoievski, a los grandes clásicos de la literatura. Claro. “El Sunset Limited” es un gran clásico de la literatura. Es decir un libro universal, que nunca deja de hablarte.  
Vuelto a mi ciudad y a mi trabajo (entonces trabajaba como periodista en un diario), empecé a aconsejarlo a todos mis amigos, y escribí también un articulo en la sección de libros de mi periódico. Iniciaba así: “Difícilmente se olvidarán de Blanco y Negro”.

Blanco y Negro son dos de los tres personajes de la obra. El tercero es precisamente el Sunset Limited. Negro y Blanco son dos hombres. El Sunset Limited es un tren de Nueva York.
Cuando el libro empieza, Blanco acaba de intentar el suicidio echándose bajo el Sunset Limited, y Negro acaba de salvarlo. Así se desarrolla (en el departamento de Negro, en un barrio pobre de NY) un diálogo entre los dos sobre el sentido de la vida y de la muerte. El libro consiste en este diálogo. Y es imposible leerlo sin identificarse, poco o mucho, con Blanco, el profesor nihilista, o con Negro, el medio-criminal religioso.

En fin: el autor. Cormack Mc Carthy, de Estados Unidos, lo escribió como una obra teatral. Yo nunca había actuado, ni siquiera dirigido una obra teatral. Sin embargo, cuando leí “El Sunset Limited”, tuve el presentimiento que, antes o después, la habría representado.
En efecto, la dirigí en Roma, en 2011, junto con Paolo y Francesco, dos seminaristas. Y después de llegar a Santiago, la he dirigido nuevamente, hace algunas semanas, con Cristofer y Camilo, dos universitarios. Probablemente seguiré dirigiéndola.
Porque este es un libro que cambia la vida. Cuidado, si lo leen.